lunes, 18 de octubre de 2010

AGRICULTURA - LA HUERTA ECOLÓGICA


Higuera del huerto.


Gallinas rubias y blancas.

Recolección de la tarde, Rábanos y huevos frescos.



Montones de estiercol de oveja que se usa de abono.


Huerta ecológica en "la Fuente los perros".



Bailén ha sido tradicionalmente un pueblo con una importante cultura hortícola, tanto desde el punto de vista comercial como desde el del auto consumo, muchas eran las huertas que circundaban el núcleo urbano del pueblo, y muchos los hortelanos que cada tarde entraban por sus calles con los "aguarines" de motillos y bicicletas incluso mulos cargados de tomates, pimientos, rábanos, berengenas, lechugas......,de huertas emblemáticas: huerta costilla, la virgen, huerta cossio, la medilla, huerta el hidalgo, entre ellos mi abuelo José, yo de niño le acompañaba al huerto, me gustaba recoger la verdura, escuchar los pájaros cantar en la higuera y las ranas en la acequia, pero lo mas curioso y llamativo sucedía al llegar a casa, el proceso de la selección de la semilla, su secado y almacenado para la siembra del año siguiente, recuerdo como mi abuelo envolvía las pepitas de pepino, de melón, de tomate etc, en un papel de esos acartonados que se usaban en las tiendas para envolver las arencas, me decía que pusiese el nombre de la verdura y la fecha de envasado con aquel boli bic remordido en su extremo, luego subíamos a la azotea donde las depositaba en el lugar mas oscuro y resguardado, a la hora de la nueva siembra las recogía y procedía a esturrearlas por los "machones" y a regarlas con el agua del pozo, el resto lo hacia el clima, la naturaleza y sus manos grietadas, ¡ que tomates!, esas berengenas enormes, una gozada para el paladar, menudos panaceites me hacia con un tomate estrujao y un puñao de habas verdes.
El tiempo pasa, la comodidad que nos da ese mercado consumista voraz y despiadado, ha hecho que comamos productos insípidos y manipulados genéticamente, en los huertos no sabemos ni de donde vienen las semillas que sembramos, lo que son las cosas, ahora, buscamos de nuevo lo ecológico aquello que abandonamos no hace tanto sin el menor escrúpulo, en esa espantada generalizada del hombre del campo, pero no hay que darle vueltas, volveremos, el futuro esta en la autosuficiencia, en el uso de la biomasa...., ¡ya veis!, ¡que descubrimiento!.
En esa vuelta al origen, me he planteado sembrar mi propia huerta, debo reconocer que no es cien por cien ecológica, pero lo será, el agua es del pozo, el abono estiércol de las ovejas de Lalo, nada de química, el principal paso a dar es el poder recuperar las semillas autóctonas, aquellas como las que mi abuelo guardaba en el cartón, arduo trabajo pero que sin duda merecerá la pena, además cuento con la implicación de mi amigo Pedro Rodriguez Cobo, el cual a puesto en marcha un bonito proyecto etnohortícola en el que se intentará recuperar toda esa verdura de la zona y que se cultivará en la huerta ecológica que la asociación Artemisa tiene desde hace un tiempo, yo me he adelantado, cuatro generaciones juntas cultivamos la tierra, mi abuelo José, mi padre Juan José, mi hijo Javier y el que escribe, una gozada, los ratos que hechamos en la huerta y el disfrutar del sabor de lo que tus propias manos sembraron, cultivaron y recolectaron, complementado con unas gallinillas que nos dan unos hermosos huevos, eso sí alimentadas con trigo y la picadura de las hojas de la verdura que se desecha, una experiencia sin duda gratificante y constructiva de la que quizá pronto tengamos que tirar todos, para no sucumbir ante el implacable monstruo consumista.

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