CUADERNO DE BITÁCORA DEL NATURALISTA.

Águila real (Aquila chrisaetos), joven


Grupo mixto de Ciervos y Muflones, pastan en la finca del Gorgogil.


Comederos artesanos de granito donde come el Toro bravo en Los Escoriales.

Sierra morena con el santuario de la Virgen de la cabeza dominando en el horizonte.

Cerrajeros, zona lincera por excelencia.

15/12/2009.
La mañana despierta gélida, durante el trayecto hasta sierra morena compruebo como las cuadrillas de aceituneros desafían al frío para poder traer el jornal a casa, la temperatura exterior ronda los -4 grados centígrados.

Mi destino hoy es el parque natural de las sierras de Andujar donde en compañía de mis amigos Esther e Isaac intentaremos ver nada mas y nada menos que al Lince ibérico, el Rey de la espesura y del matorral mediterráneo,el lugar creemos que es el idóneo, la finca de Cerrajeros, posiblemente el lugar donde mas animales de esta especie existen.

Una intensa escarcha cubre el manto herbáceo de la sierra parece que solo consigue romperla el canto chirriante de los Petirrojos, Pinzones y Reyezuelos listados que pululan entre las encinas.

El sol que lentamente gana terreno consigue que nuestra espera sea un poquito mas llevadera a la vez que invita a los buitres negros y leonados a hechar a volar en busca de su ración diaria de alimento, me sorprende escuchar todavía ciervos en berrea, parece que aquí es mas tardío el celo del venado quizá por el desajuste climatológico, no se, lo cierto es que los bramidos del fitófago nos acompañaran durante toda la mañana.

Los Romeros, ya están en flor, como revindicandose entre el rigor del clima, y recordándonos que por estos lares los inviernos pese a ser duros suelen ser cortos, cada vez mas.

Las horas pasan entre carreras de algún conejo y el pastar de las ciervas con sus gavatos, que miran curiosos al pequeño lagomorfo.No vemos al lince pero la verdad es que en este lugar y con este entorno parece como si separase el tiempo, el aroma, los sonidos de la sierra te envuelven hasta el punto de hacer que uno por un instante se olvide de todo y simplemente se sienta parte del mismo.

De pronto el piar bronco del Águila imperial, nos desvía la vista al cielo, ¡ahí esta! otra de las especies emblemáticas de nuestra fauna, comparte territorio con una pareja de águilas reales jóvenes, por lo que se ve son buenas vecinas, parece que a ellas no les pasa como a los humanos y comparten territorio y comida sin conflictos.

El Lince finalmente no acudió a la cita, pero nos vamos contentos, son muchas las sensaciones que nos llevamos de este rincón serrano, hoy hemos compartido entre romeros y jaras una jornada inolvidable con tantos animales, que seguro que muy pronto volveré y quien sabe quizá esta vez el felino si acuda a la cita.

Fotos: Mariano Martínez Aguilar.